Scientist Rebellion y Educación Ambiental
Scientist Rebellion y Educación Ambiental
#EA26 marzo 2022
Leemos que la semana del 4 al 9 de abril de 2022, cuando se espera la publicación de la última parte del 6º Informe de Evaluación del IPCC, un colectivo del que hasta hace un año apenas sabíamos nada, Scientist Rebellion (Rebelión Científica), ha convocado una huelga científica y académica global para demandar acciones inmediatas frente a la crisis climática.

Observamos que se preguntan: «¿Tiene sentido seguir investigando o enseñando, como si nada estuviera ocurriendo, sabiendo que nuestro planeta y la humanidad se enfrentan en los próximos años a un colapso sistémico masivo en forma de emergencia climática? ¿Cuál queremos que sea nuestro papel en esta historia?».

Nos preguntamos; “¿Tiene sentido seguir haciendo educación ambiental, como si nada estuviera ocurriendo, sabiendo que nuestro planeta y la humanidad se enfrentan en los próximos años a un colapso sistémico masivo en forma de emergencia climática? ¿Cuál queremos que sea nuestro papel en esta historia?».

Y advertimos que estas preguntas compartidas tan solo son el reflejo de una indignación que experimentan muchas científicas y científicos, tanto como educadoras y educadores ambientales ante la falta de decisiones realmente contundentes para desarrollar una transición ecosocial real y, por ende, para frenar el cambio climático.
En su web (scientistrebellion.com), afirman que ”como científicas y científicos, hemos intentado escribir informes y dar presentaciones sobre la crisis climática y ecológica a los que están en el poder. Ahora debemos tener la humildad de aceptar que estos intentos no han funcionado. Ahora es el momento de que tomemos medidas, para que demostremos cuán en serio tomamos nuestras advertencias”.
Ni nos acordamos de cuantas llamadas, manifiestos y cartas han hecho los colectivos ecologistas y de educación ambiental desde los años 70. Durante más de 50 años, hemos sido la grumete del Titanic que avisaba al capitán que nos la íbamos a dar. Que había un iceberg descomunal y que debíamos transitar por otras rutas. Pero, ser grumete es lo mismo que ser aire o ser invisible. Como mucho es alguien que molesta (y se ha molestado mucho).
Pensamos que la respuesta, además de en el viento, está en la misma pregunta: tiene todo el sentido seguir haciendo educación ambiental, como si supiéramos lo que está ocurriendo, sabiendo que nuestro planeta y la humanidad se enfrentan en los próximos años a un colapso sistémico masivo en forma de emergencia climática. Porque, en definitiva, convivimos con que no nos hagan caso, aceptando humildemente que la mayoría de los intentos no han funcionado y que, por eso precisamente, debemos seguir intentándolo. ¿O no?
En este caso, el intento va de unirnos a este llamamiento, la semana del 4 al 9 de abril de 2022, de Scientist Rebellion.

En medio de la que está cayendo, con una inimaginable crisis humanitaria, sanitaria y ecosocial, ¿Aporta algo nuevo este llamamiento? ¿La educación ambiental debe sumar? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Lo debatimos el #EA26 de marzo? ¿Nos unimos?