Educación Ambiental con perspectiva de género. #EA26

Sabemos que la situación actual de nuestro planeta no es el escenario ideal, existen una serie de problemas ambientales que están afectando a todas las personas y países del mundo. Sin embargo, el impacto y las consecuencias de estos problemas no repercuten con la misma dimensión y grado en todas las regiones. Centrándonos incluso en una misma región, las consecuencias varían dentro de un mismo grupo social debido al grado de vulnerabilidad de cada persona por razones económicas, sociales y, por supuesto, de género. Con esto lanzamos algunas reflexiones:

¿Son las mujeres más vulnerables a los problemas ambientales?

¿Qué causas condicionan esta vulnerabilidad?

Según el Libro Blanco de la Educación Ambiental en España, uno de los objetivos de la Educación ambiental es “capacitar en el análisis de los conflictos socioambientales, en el debate de alternativas y en la toma de decisiones, individuales y colectivas, orientadas a su resolución.”

Con este punto de partida, como educadores y educadoras ambientales debemos conocer la realidad sociocultural que condiciona la sostenibilidad. Una realidad marcada por las relaciones internas de la sociedad, como son las relaciones de género. La relación entre la igualdad de género y la sostenibilidad es bidireccional. Por un lado, debemos comprender que las mujeres son más vulnerables a los problemas ambientales y, por el otro, que la participación de la mujer es necesaria para alcanzar la sostenibilidad económica, social y ambiental que necesitamos en nuestro planeta.

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Sin necesidad de profundizar mucho en el tema, es evidente que las mujeres de los países pobres tienen mayor dificultad que las mujeres de los países ricos, pero es importante incidir en que las mujeres de TODO el mundo están expuestas a situaciones de desigualdad de género.

¿Por qué las mujeres encuentran mayor dificultad que los hombres para mejorar su estatus profesional, social y económico?

Ante esto, lo que planteamos para este debate es que reflexionemos sobre las cuestiones que han surgido y que respondamos a las preguntas: ¿Cómo puede la educación ambiental fomentar la igualdad de género y la sostenibilidad? ¿Cómo incluimos esto en nuestros proyectos?

Ahora os lanzamos algunas ideas que profundizaremos y ampliaremos en el debate.

La EA puede fomentar la igualdad de género y la sostenibilidad:

  • Eliminando estereotipos y roles de género de nuestro día a día.
  • Conociendo y dando a conocer el papel de las mujeres en el mundo y su relación con la sostenibilidad ambiental.
  • Haciendo uso de un lenguaje inclusivo.
  • Promoviendo el papel de la mujer en las zonas rurales.
  • Fomentando la participación igualitaria.
  • Fomentando una educación inclusiva para todas las personas.
  • Conociendo las diferentes necesidades y situaciones sociales de hombres y mujeres en cada proyecto. Visibilizar tales necesidades.
  • Visibilizando y valorizando el papel de las mujeres.

La EA supone una importante herramienta para formar, sensibilizar y concienciar sobre valores éticos. Además, es una herramienta que nos capacita para valorar la realidad con un enfoque crítico, en favor del cambio. Existe una necesidad real de modificar los comportamientos, las actitudes, las normas y los valores que definen e influyen en los roles de género, femeninos o masculinos.

Y si aún tenías dudas sobre la necesidad de este debate:

  1. La igualdad es necesaria para construir sociedades integradoras, justas y solidarias.
  2. Actualmente sigue existiendo segregación horizontal y vertical por cuestiones de género.
  3. La integración de la perspectiva de género se considera una estrategia de cambio y de transformación social. Todos los proyectos, independientemente de su naturaleza y finalidad, deberían contemplar la perspectiva de género.

El próximo 26 de febrero a las 18:00h debatimos este tema bajo la etiqueta #EA26. Os esperamos.

Por María José Molina (@mjmolram ) y Miriam Navarro (@mnavdia)

Navidad, consumo y modelos de ciudad.

 

A la hora de consumir, nuestras emociones deciden por nosotros y nosotras y, es indiscutible, ¡no existe una época más emocional que la Navidad! La industria publicitaria conoce bien nuestras debilidades y las explota, paradigmático es el famoso “vuelve a casa por Navidad”, “el calvo de la lotería” o “las burbujitas doradas del champán”. Lo cierto es que cada año la Navidad llega antes, este octubre hemos podido ver como se vendían turrones en los supermercados mientras en la calle hacía 32ºC -paradojas causadas por el cambio climático y nuestro sistema consumista-

En estas fechas es frecuente encontrarnos de cara con el debate sobre el consumo navideño: regalos –algunos útiles y otros no-, alimentación, decoración etc. Pero en un modelo de desarrollo basado en el crecimiento constante, la última expresión del consumismo navideño se ha visto reflejada en nuestras ciudades, las cuales se transforman para estas fiestas. Por ello, creemos que este debate debe extenderse más allá del consumo en los hogares y que, desde la educación ambiental, debemos empezar a plantear estas cuestiones.

Lo primero que nos llama la atención es la mercantilización de la decoración navideña de nuestras ciudades. Cada año podemos encontrar un mayor número de patrocinadores privados financiando la instalación de los adornos navideños en puntos estratégicos de nuestra ciudad. En Sevilla, preside en la Puerta Jerez un gran árbol de navidad – que de árbol no tiene nada, es sólo una pirámide de luces- con el logo de la aseguradora Caser. Entre aquellas personas que nos venden las bondades del patrocinio privado, insisten en la conveniencia de estas acciones, pues la empresa se publicita y la ciudad puede vestirse de gala sin gastar sus propios recursos. Pero nosotros nos preguntamos, ¿es necesario engalanar nuestras ciudades – a veces de una manera bastante ostentosa – para celebrar nuestras fiestas? ¿Quién gana más en este trato: la empresa o la ciudadanía? ¿No existe una manera más barata y sostenible de adornar nuestras calles?

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Otro aspecto que nos preocupa es la ocupación de nuestras calles por parte de atracciones infantiles, mercadillos y puestos de comida. Un parque de atracciones urbano que ocupa nuestras aceras, que invade una gran parte de nuestras zonas de esparcimiento -como parques y plazas-, que consumen grandes cantidades de energía y que sólo pueden disfrutarse si se tiene el dinero para pagarlos. Un sistema insolidario, inaccesible e insostenible. ¿Es necesario una pista de hielo artificial en ciudades dónde no hemos visto nunca nevar?

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¿Se han convertido las fiestas navideñas en un mero escaparate para el consumismo?, ¿Se han convertido en una tendencia de las grandes ciudades? ¿Qué podemos hacer desde la educación ambiental para fomentar otros modelos?

¡Pero ojo, mira el calendario bien porque el consumismo navideño se adelanta un poco más cada año! Desde hace unos cuantos, importando lo peor de la cultura estadounidense, en España noviembre termina con el llamado “Black Friday”. Una oda al consumismo masivo que nubla a la gente frente las puertas de los comercios y llena las cestas virtuales de la compra de artículos que jamás habríamos soñado comprar. Así que nuestro debate tampoco espera a las fiestas navideñas y se adelanta a noviembre. Será el domingo… ¡nuestro “Green sunday”!

El próximo 26 de noviembre a las 18:00 h debatimos este tema bajo la etiqueta #EA26. Os esperamos.

Por David Gutiérrez (@davidgvtierrez) y Miriam Navarro (@mnavdia)

Educación Ambiental y el debate de la moda #EA26

A la hora de afrontar el tema de la moda desde la educación ambiental se nos viene a la cabeza muchos factores, no sólo ambientales sino también sociales, económicos y, por supuesto, éticos.

Recapacitemos un momento, a la hora de adquirir una prenda ¿qué criterios prevalecen? ¿la calidad, el diseño, el uso que le vamos a dar,  el precio? Por supuesto, estos son criterios muy importantes, pero alguna vez pensamos dónde se ha fabricado, qué materiales se han utilizado, quién lo ha hecho, si adultos o menores, y en qué condiciones laborales. Desde la educación ambiental nos preguntamos: ¿una moda responsable es posible? ¿está reñida con precios asequibles? ¿podemos superar la cultura del «usar y tirar»?

Existen alternativas y a lo largo de este post os vamos a dar algunas ideas sobre cómo enfocar el asunto de la moda desde otra perspectiva más ética.

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Primera idea: cambio de mentalidad.

El primer paso para cambiar el sistema, en global, es el cambio de mentalidad, en particular. La principal alternativa por la que se debe optar es la de aprender a consumir. Vivimos en una sociedad impulsiva, en lo que a consumo respecta, donde al pasear por la calle los escaparates te van llamando con sus prendas de colores a precios irrisorios. No se trata de dejar de comprar, de dejar de tener ropa bonita. Se trata de elegir, de volver a ser dueños de nuestras decisiones a la hora de comprar. Tener ropa de mejor calidad, no dejar prendas en el fondo del armario que nunca nos pondremos, comprar ropa de segunda mano, buscar nuestro propio estilo y no llevar todos las misma camiseta, pero sobre todo, sobre todo saber que no estamos contribuyendo a la esclavitud del S. XXI.

Segunda idea: reutiliza y recicla.

Y cuándo ya no me sirve una prenda, ¿qué podemos hacer? pregúntate en qué estado se encuentra, si se puede seguir usando, si es de otra temporada, etc. No tiréis las prendas a la basura,  intentad darles otros usos hasta que no se puedan aprovechar de ninguna forma. Hay que trabajar cada día por una economía circular, en la que sepamos de dónde vienen los recursos y cómo aprovecharlos sin desperdiciar.

Si la prenda todavía está en buenas condiciones puedes regalarla, donarla o incluso venderla a tiendas de segunda mano. Y si no está en buenas condiciones, puedes usar la tela para otros proyectos: bolsos, patchwork o trapos para limpiar. Nos resulta tan absurdo lo que llegamos a gastar en trapos para limpiar, cuando en casa tenemos telas de todos los tipos y tejidos.

Tercera idea: compra local.

Debemos optar por aquellos artículos «made in Spain». Prendas que no han recorrido miles de kilómetros, minimizando la contaminación y el gasto de energía al reducir el transporte internacional de mercancías, prendas que garantizan unas condiciones laborales justas y que promuevan el desarrollo local.

En España tenemos marcas de calidad. Os dejamos varios enlaces que os resultarán muy útiles para encontrar moda al alcande de todos y todas: enlace 1, enlace 2enlace 3

Y si os gustan los vaqueros, estáis de suerte, tercera idea: vaqueros hechos en España.

No podemos olvidar que nosotros siempre podemos elegir, la decisión de comprar un producto u otro es exclusivamente nuestra…

Cuarta idea: Un bien o servicio sólo permanecerá en el mercado mientras existan compradores que lo adquieran.

La moda sostenible vela por un cultivo más respetuoso con el medio ambiente, por el respeto a los derechos humanos y laborales, por la salud de las personas, para que el sector empresarial no utilice prácticas comerciales abusivas con determinados países, combate la explotación infantil, busca garantizar un Comercio Internacional sin competencias desleales, favoreciendo un reparto de la riqueza más justo y fomentando nuevos valores (Miriam Morales).

Afortunadamente, cada vez más jóvenes emprendedores apuestan por el respeto al medio ambiente…

Quinta idea: ser ecológico y sostenible está de moda.

Son ya muchos los diseñadores, modelos y celebridades de renombre dentro del mundo de la pasarela que reivindican la moda sostenible. Entre ellos destacan Lucy Tammam, Stella McCartney, Frock Los Angeles, Amour Vert, Edun, Stewart+Brown, Shalom Harlow o Summer Rayne Oakes.

Desde las escuelas de diseño también se incide en la sostenibilidad estando presente en todo momento, ya que una buena planificación mejora la calidad y disminuye la generación de un exceso de residuos, asimismo existen ya máster en diseño de moda y sostenibilidad.

Por último mencionar otra corriente que está de nuestra parte, la Responsabilidad Social Corporativa, muchas empresas se apoyan en ello para hacer sus negocios más respetuosos con valores sociales y ecológicos. Sexta idea: cada vez más, a igual calidad-precio, la sostenibilidad tiene importancia.

Seguro que hay muchas más ideas para contribuir a una moda responsable, pero, ¿se podrá cambiar el sistema? ¿se está cambiando ya? Participa y debate el próximo 26 de septiembre, de 18 a 19h, en twitter bajo la etiqueta #EA26.
Gracias a @ComplejoPrae y a @mnavdia por este artículo. Tú también puedes proponer y escribir uno, #EA26 es un movimiento abierto, escríbenos y participa.

Entrevistando a … Juan Matutano, educador ambiental en Ecotono

Nuestra primera entrevistada, María José Molina, ha colaborado con el #EA26 entrevistando a su vez a Juan Matutano Cuenca, educador ambiental por vocación y profesión.

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Licenciado en Biología y especialista universitario en Interpretación del patrimonio, Juan es socio y trabajador de Ecotono S.Coop. And de int. social, una organización de economía social dedicada a la Educación, Participación y Comunicación para la Sostenibilidad. Ha sido la persona coordinadora de la secretaría técnica del programa de voluntariado Andarríos desde 2007 a 2015 (Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio). Ha trabajado en la identificación de macroinvertebrados acuáticos e impartido numerosos cursos, charlas y conferencias relacionadas con el agua, los ríos. En esa línea tiene varias publicaciones.

Socio y miembro activo de la Asociación en Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA) y de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM). Participa en varios programas de voluntariado como en los sondeos de la SECEM (nutria, tejones, rata de agua…), Monitorización de poblaciones de anfibios (AHE), Red de Observadores de Libélulas de Andalucía (ROLA), Red de Voluntariado de la Sierra Norte de Sevilla, Conoce tus Fuentes, etc.

 

– ¿Cómo ha evolucionado la Educación Ambiental desde que empezaste hasta la actualidad?

Pues la verdad es que ha evolucionado muchísimo, en algunas cosas a mejor. Creo que ahora se trabaja sobre un abanico mayor de edades y tanto en el medio natural como en el urbano. Hasta hace muy pocos años casi toda la educación ambiental se focalizaba en niñas y niños y en el medio natural, quizás reflejando como la sociedad percibía el problema del deterioro ambiental: un problema del futuro y un problema que tenía la naturaleza, concebida como algo ajeno a ciudades y pueblos. Lamentablemente el futuro ya es presente.

Entre las cosas que han cambiado a peor destacaría la pérdida de calidad y/o precarización de nuestro trabajo a raíz de los recortes de hace unos años. La continuidad de los programas de EA se hace realmente complicada desde las administraciones públicas, y aunque algunas luchan por mantener la calidad y continuidad de sus programas, parece que la tendencia de la mayoría de ellas es a valorar el precio por encima de todo lo demás, y no se establecen “suelos” en los sueldos y dietas del monitoraje, ni controles sobre sus contratos, de forma que todo recae sobre la persona que trabaja como monitor@ o educadora.

Uno de los aspectos en los que no he visto evolución es en la importancia que se le da desde el ámbito de la gestión y lo “técnico”. En los diseños de programas, actuaciones, proyectos… la educación y participación ambiental suele ocupar un lugar destacado en la web, en el informe, en la memoria, en el Plan. Y es que el papel o la web “lo aguanta todo” pero la realidad es que la EA, la participación, etc son el “último moco”, el “pegote” final, sin apenas presupuesto y sin un diseño ambicioso que trate de transformar realidades, percepciones… “Que sea baratito y que cumpla el expediente”. Con esto no estoy generalizando, conozco y he trabajado en muchos programas que no funcionan así, pero creo que son excepciones en nuestro país.

 

– ¿Qué proyectos han sido más significativos en tu carrera profesional?

Nunca podré olvidar mi comienzo como monitor en el Espacio Natural de Doñana, o mi trabajo como educador en El Guadiamar en el Aula, coordinado por el equipo de Argos, Trini, Pilar y Josechu. Programa educativo que pretendía mostrar la importancia del río Guadiamar a la población escolar del entorno, tras el desastre del vertido minero de Aznalcóllar. Años más tarde la coordinación de la secretaría técnica del Programa Andarríos me ha venido apasionando y ha ocupado casi todo mi tiempo y esfuerzo.

 

– ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Colaboro con la Revista El Topo de Sevilla , que está aportando información complementaria y/o diferente a la que se ofrece desde los medios de comunicación convencionales. Pero quizás el último proyecto que más me apasiona es el de Ecotono Birding Sevilla , en el que ayudamos/facilitamos/acompañamos a grupos de personas de otros países para poner en valor la biodiversidad del suroeste de la península ibérica y reflexionar sobre sus/nuestras principales amenazas.

 

– ¿Cómo se trabaja la EA desde el campo de la ornitología?

De la misma forma que con otros campos, buscas lo atractivo que hay (en la ornitología esto es muy fácil) y lo aprovechas para vivir experiencias positivas. Alcanzado cierto grado de, no sabría cómo decir, confianza y seguridad con las personas destinatarias, trato de establecer un “diálogo”, de igual a igual, sobre los problemas y posibles soluciones y caminos que explorar. Para esto obviamente se necesita tiempo.

 

-¿Qué estrategias crees más convenientes con el objetivo de que el mensaje de la EA cale en la sociedad?

Gran pregunta que me gustaría poder responder. Pero creo que igual uno de los principales problemas es que las personas que nos dedicamos a la EA no estamos unidas, no nos reunimos a escuchar, debatir y diseñar estrategias. Esta iniciativa va en esa dirección, una pena que no sea muy “twitero”, así que pido disculpas de las cosas que haya podido repetir o se hayan debatido con anterioridad.

Volviendo a la pregunta, por ejemplo, yo mismo, no sabría decir cuál es el mensaje de la EA… para mí no existe, y si lo hay ¿Quién lo ha diseñado? ¿Han salido de procesos participativos reales? ¿Entonces son realmente son mensajes de la EA?

 

– Una valoración general del tratamiento de la Educación Ambiental en España desde el ámbito empresarial.

Creo que la EA debe aparecer en todos los ámbitos, también el empresarial, pero en muchos casos puede haber conflicto de intereses y eso la gente lo acaba notando. La EA, como la ciencia, debe ser lo más libre posible. Para mí, sin duda, surge desde el tejido social, desde grupos de personas, desde asociaciones, movimientos o plataformas que luchan por mejorar nuestro mundo y que consiguen llevar esos mensajes y sensibilizar a parte de la sociedad. A partir de ahí, la administración debería impulsar y gestionar. A partir de aquí, sí que veo lugares donde la EA puede aparecer dentro del ámbito empresarial, bien dando servicios de disfrute y reflexión, de consultoría, o como un aspecto ¿obligación? más de la empresa (como por ejemplo, con la prevención de riesgos laborales).

 

Agradecemos tanto a María José como a Juan por su participación en esta interesante entrevista, la cual nos deja reflexionando.

Puedes seguir a María José en twitter con @mjmolram y a Juan con @Juan_Matutano

 

Entrevistando a … María José Molina, educadora ambiental en la UPO

Inauguramos la sección de entrevistas contando con la participación de  María José Molina Ramírez. María José trabaja actualmente coordinando el Área de Recursos Agroecológicos de Origen Americano de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, proyecto dependiente del Campus de Excelencia Cei CamBio.

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Durante más de 4 años ha sido responsable de la línea de Educación Ambiental y Sostenibilidad del Vicerrectorado de Cultura y Compromiso Social de la Universidad Pablo de Olavide. Desarrollando, entre otras acciones, el Proyecto Andalucía Ecocampus, proyecto dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, que tiene su base en actuaciones de educación, sensibilización y voluntariado ambiental en la comunidad universitaria.

Agradecemos a María José su participación y su predisposición para realizar esta entrevista, la cual se presenta a continuación:

– Desde tu experiencia, ¿qué conceptos e ideas tienen los universitarios respecto a los problemas ambientales y la educación ambiental?

Dependiendo de la titulación que curse, el alumnado universitario tiene unas ideas más o menos claras sobre la problemática ambiental. Pero tristemente aún son muchas las personas universitarias que sólo se centran en aspectos básicos como el reciclaje. Todavía tenemos mucho trabajo pendiente a este respecto.

– ¿Se trabaja la educación ambiental en las Facultades? ¿cómo se enseña?

En la Facultad de Ciencias Experimentales está el Grado de Ciencias Ambientales, y dentro de este grado hay una asignatura optativa que se llama Educación Ambiental.

Al margen de esta asignatura, en otras materias, depende del profesorado trabajar o no la educación ambiental de manera transversal dentro de sus contenidos. Me consta que en la Universidad Pablo de Olavide hay un gran número de profesores y profesoras que trabajan desde este prisma, aunque no siempre lo tengan fácil por la carga lectiva que tienen.

En otras facultades como la de Derecho, Ciencias del Deporte, Humanidades, etc. dudo sinceramente que se hable mucho de educación ambiental.

– ¿Qué estrategias y/o actividades de educación ambiental se han llevado a cabo desde la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla?

La Universidad Pablo de Olavide siempre ha sido referente por su trabajo en materia de educación ambiental. Fue una de las primeras universidades en crear el aula de sostenibilidad y desde entonces siempre se ha trabajado para la formación, sensibilización y concienciación en torno al medio ambiente. Además, gracias al Proyecto Andalucía Ecocampus se han desarrollado multitud de acciones de información, formación y voluntariado que han contribuido a la consecución de estos objetivos. Durante estos años hemos tenido cursos de formación en materia de educación y voluntariado ambiental, en agricultura ecológica, moda sostenible, hemos visitado espacios naturales de la provincia, hemos realizado acciones de voluntariado en el Parque Natural Sierra Norte que han ido desde reforestaciones participativas a la construcción de majanos.

– ¿Se implica el alumnado de la Universidad en las actividades que se han llevado a cabo?, ¿qué actividades de las que se han llevado a cabo han tenido más éxito?

Desde la implantación del sistema del eurocrédito, ha disminuido la participación en actividades que están fuera de los contenidos de las titulaciones. Es una asignatura pendiente. El alumnado tiene clases obligatorias en horario de mañana y tarde, por lo que resulta casi imposible organizar una actividad en la que pueda participar mucha gente. Aún así, si las actividades que se organizan son atractivas el alumnado se implica e intenta asistir. Las actividades que más éxito tienen siempre son las actividades fuera del campus, especialmente las acciones de voluntariado. Con estas actividades, además del contenido y los objetivos en sí, se favorece la relación con otras entidades como asociaciones o redes de voluntariados.

-¿Qué estrategias educativas crees más convenientes con el objetivo de que el mensaje de la EA cale en la Universidad?

Con todo lo que he comentado sobre la dificultad de horarios, es fundamental implicar al profesorado, tanto para que incluyan el mensaje dentro de sus contenidos como para que se impliquen con su alumnado en las actividades que se organizan en el campus (que son muchas y muy interesantes) y que a priori no están dentro de su programación.  

– Una valoración general del tratamiento de la educación ambiental en España desde la Universidad.

Es necesario que se haga una apuesta firme por la educación ambiental en el contexto universitario. Es una suerte contar con el apoyo de la administración autonómica con proyectos como el Proyecto Andalucía Ecocampus o Recapacicla que promueven la educación ambiental, pero hay que seguir trabajando y mucho, no basta sólo con esto. Hay que incluir la educación ambiental en los curriculums. Aún hay desinformación, desconocimiento… y sobre todo, cuesta ver el medio ambiente desde su dimensión social y económica, se sigue tratando como un ente aparte.

Hay que mejorar la capacidad de análisis, reflexión y acción. Hay que conseguir cambios individuales y sociales que provoquen una mejora en los modelos de consumo, en la forma en la que vivimos teniendo en cuenta la sostenibilidad ambiental.

 

Un punto de vista realmente interesante. Gracias María José.

Puedes seguir a María José en twitter con @mjmolram

Educación Ambiental en las empresas

Planteamos este debate desde dos vertientes. En primer lugar, sobre la implantación de la educación ambiental en las empresas. Y sólo pensar en esta cuestión nos surgen muchas dudas: ¿cómo integran las empresas la educación ambiental en sus planes de negocio?, ¿es algo común en el sector empresarial?, ¿la consideran importante y la incluyen en la formación de sus recursos humanos?

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Aunque la educación ambiental tiene todavía un largo recorrido por andar, sobre todo en el sector empresarial, lo cierto es que se implanta cada día más en la gestión de numerosos negocios. Quizás sea por que la certificación ambiental ISO 14001 lo exige o porque cada vez hay más conciencia ambiental, pero lo cierto es que cada día más empresas integran la educación ambiental a su trabajo diario: cartelería en el puesto de trabajo para ahorrar energía o agua, papeleras de reciclaje, criterios de compra responsable, fomento de proveedores locales, embalaje reciclado, compartir coche entre los empleados, etc.

Una ventaja que tienen algunas medidas realizadas en el marco de los sistemas de gestión ambiental (ISO, EMAS,…) es que a través de medidas sostenibles logran ser más eficientes en el consumo, bajando así los costes en electricidad, energía o consumibles y eso sí anima a las empresas a integrar estos sistemas en su negocio.

No pocas son las propuestas ambientales en las empresas, tanto grandes como pequeñas, otra cuestión sería si las propias empresas la identifican como educación ambiental y son conscientes de sus beneficios. Hemos conocido muchas empresas con unos criterios ambientales muy exigentes, pero que no lo comunicaban a sus clientes ni lo identificaban como educación ambiental. Simplemente lo hacían porque entiendían que es su deber como empresa y parte de la ciudadanía. Tras esta reflexión nos surge otra duda: ¿puede convertirse la educación ambiental en un valor añadido para la empresa?, ¿son más conscientes de ello las empresas grandes que las pequeñas?.

Las empresas grandes tienen más visibilidad y en algunos casos más influencia en otras empresas más pequeñas, si aquellas marcan el camino del respeto por el medio ambiente con medidas sencillas (reducción de envases, productos locales, eficiencia energética) determinan el comportamiento de las empresas que les suministran y el beneficio es global.

 

La segunda vertiente sería el impacto social que una empresa que implanta políticas de educación ambiental tiene sobre su comunidad. Si una empresa informa a sus clientes sobre sus buenas prácticas ambientales, por ejemplo a través de su web o de manera directa, ¿está realizando una acción de educación ambiental?

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Uno de los problemas de la educación ambiental es que la ciudadanía no termina de asimilar como tareas cotidianas el reciclaje, apagar las luces cuando no son necesarias, ahorrar agua, priorizar el consumo local, etc. Estas tareas son más fáciles de asimilar si cada día la vamos viendo en nuestro entorno cotidiano, como en la cafetería donde desayuno, en la cual hay un cartel en el baño que me recuerda que cierre el grifo y que tire el papel higiénico a la papelera. Por ello, creo que las empresas que llevan a cabo y comunican sus buenas prácticas están realizando una labor de concienciación y educación ambiental. Además, ¿puede haber algo más efectivo que mi dentista de toda la vida, a la cual admiro y me da confianza, me cuente los beneficios de reciclar? Si lo dice ella seguro que tiene razón.

 

Este tema genera mucho debate y seguro que tienes mucho que aportar al mismo, así que te esperamos el 26 de febrero de 18:00 a 19:00h bajo la etiqueta #EA26

 

Por Beatriz M. Guerra ( @ComplejoPrae) y Miriam Navarro (@mnavdia)

 

La educación ambiental desde los movimientos sociales

El nacimiento y desarrollo de la educación ambiental está vinculado al surgimiento de los movimientos sociales ecologistas de los primeros años de la década de los 70. Ellos fueron de los primeros en cuestionar el modelo de desarrollo económico imperante desde finales de la II Guerra Mundial, haciendo hincapié en las consecuencias socioeconómicas y ambientales que tenía. La importancia de estos movimientos radicó no sólo en alzar la voz contra el sistema de consumo, sino que empezaron a trabajar con las personas, entendiendo que si deseaban cambiar el mundo debían empezar por concienciar e implicar a las comunidades.

Imagen extraída de davidruyet.wordpress.com
Imagen extraída de davidruyet.wordpress.com

En la actualidad, los movimientos sociales siguen constituyendo un canal necesario de participación de una ciudadanía que busca canalizar sus necesidades y voluntades. Dada la realidad social actual, no son pocos los movimientos que estamos viendo nacer. En este sentido me pregunto, ¿qué presencia tiene la educación ambiental en los nuevos movimientos y sus necesidades? Es indiscutible que la educación ambiental adquiere un papel relevante el asociacionismo ambiental, pero ¿tiene cabida en otros movimientos, como las plataformas ciudadanas, asociaciones de inmigrantes, grupos de contracultura, etc?

Esta última pregunta me lleva a la siguiente, ¿qué aporta la educación ambiental en los movimientos sociales actuales? La respuesta la podemos encontrar en las propias características de la educación ambiental, su carácter global e interdisciplinar permite identificar causas ambientales en problemas socioeconómicos. Por ejemplo, ¿qué tiene que ver la subida del precio del tomate con la sequía? La educación ambiental favorece no sólo la comprensión de la compleja realidad, sino el compromiso y la implicación ciudadana. Pero, ¿es suficiente?

Por otro lado, reflexionamos sobre el desarrollo de la educación ambiental como movimiento, lo cierto es que su vertiente formal y no formal se ha desarrollado ampliamente en las últimas décadas. No creo que exista centro educativo en España que no haya desarrollado al menos un día dedicado a la educación ambiental. Entonces ¿sigue siendo necesario contar con movimientos sociales que planteen propuestas de acción en la educación ambiental?

En el próximo encuentro del movimiento social EA26, el 26 de abril de 18 a 19h, reflexionaremos sobre estas cuestiones en twitter bajo el hashtag #EA26.