Texto de Paco Heras
Todo empezó hace apenas seis meses cuando una joven sueca, Greta Thunberg decidió protestar cada viernes ante el parlamento de su país demandando acción frente al cambio climático. Su gesto, que bautizó con el eslogan “Fridays for future” («viernes por el futuro”) se hizo rápidamente viral, inspirando a escolares de Suecia y otros países europeos.
En diciembre pasado Greta acudió a la COP de cambio climático celebrada en Katowice. Su discurso ante el plenario, de apenas tres minutos, se convirtió rápidamente en lo más visto de la cumbre a través de las redes sociales.
Estas son algunas frases de ese discurso:
- “Decís que amáis a vuestros hijos más que a nada, pero sin embargo les robáis el futuro ante sus propios ojos”
- “No es posible resolver una crisis sin tratarla como una crisis”
- “No hemos venido a mendigar preocupación a los líderes mundiales. Nos habéis ignorado en el pasado y volveréis a hacerlo. Vosotros os habéis quedado sin escusas y nosotros sin tiempo. Hemos venido para haceros saber que el cambio está llegando, tanto si os gusta como si no”
La protesta iniciada por Greta ha saltado en las últimas semanas a Bélgica, Alemania, Reino Unido, Francia… Y ahora se prepara una gran protesta mundial para el próximo 15 M (#15MClimatico).
Aunque el recorrido futuro del movimiento es incierto, no cabe duda de que los escolares han conseguido ya cosas importantes:
- Plantear el cambio climático como un problema esencialmente político, exigiendo acción a los poderes públicos.
- Centrar la atención en la dimensión humana del problema y en las repercusiones sobre el futuro de las personas.
- Incidir en el plano ético del problema, destacando lo inaceptable de “robar el futuro” a las nuevas generaciones.
- Convertir a niños y jóvenes en auténticos actores políticos, capaces de actuar en la defensa de sus propios intereses.
- Hacer del cambio climático en una cuestión socialmente relevante, aquí y ahora y no en un problema del que tendremos que ocuparnos en el futuro.
El fenómeno de las huelgas climáticas escolares plantea a docentes y educadoras y educadores un buen número de elementos para el debate y la reflexión:
- ¿Cuál debe ser el papel de los docentes y educadoras y educadores ante este movimiento de protesta infantil y juvenil?
- ¿Por qué (al menos de momento) ha tenido una repercusión tan escasa en España?
- ¿Cómo es posible que el discurso de una niña de 15 años sea más emocionante y motivador (incluso para muchos adultos) que el de cientos de comunicadores profesionales?
- ¿Ha prestado la educación sobre energía cambio climático una atención insuficiente a las dimensiones de tipo colectivo/político frente a las de carácter personal?
El día 26 de febrero hablamos del fenómeno de los “viernes para el futuro” desde la educación ambiental… ¡Nos vemos en #EA26!
#FridaysForFuture
#schoolstrike4climate
#climatestrike
#YouthFofClimate
Mis felicitaciones para tod@s los jóvenes que son conscientes del mal que se les echa encima medioambientalmente hablando.
Ojalá supieran hasta qué punto es importante su lucha. Existen una serie de enfermedades medioambientales poco o nada conocidas, sin atención médica por parte de la Sanidad Pública por no estar reconocidas como enfermedad. Si pudiera hacerles saber lo que son lucharían con más ahinco. Son 4 en total, SQM (síndrome químico múltiple), SFC (síndrome de fatiga crónica), FM (fibromialgia) y EHS (electrohipersensibilidad).
Sufro tres de ellas desde hace muchos años, los últimos 11 los he pasado en mi vivienda, salgo 3 o 4 veces al año, y por espacio de no más de un par de horas, por supuesto protegiéndome con gafas y mascarilla.
Todo mi apoyo para todos aquellos que están peleando por algo que deberían tener por propia NATURALEZA…🌈